Marmato: disputa por el oro y el territorio

“Marmato no es un pueblo común y corriente. Tiene un montón de peculiaridades que lo convierten en un lugar que marca la memoria de quienes lo visitan. Las casas se ubican en torno a las minas de oro, comunicándose unas con otras por una red antiquísima de caminos empedrados similares a los del imperio Inca, convergiendo en una única vía principal donde se concentran las tiendas, los pocos restaurantes y los bares. No existe una gran plazoleta. La iglesia es pequeña.



El oro es el gran protagonista. La economía, la cosmovisión, las vivencias y la identidad de los marmateños giran en torno a él. Hasta el año 2015 se estimaba que la población era de 9.096 habitantes, de los que sólo 1.079 viven en el casco urbano. La mayoría se estableció alrededor de los yacimientos, explotándolos artesanalmente desde tiempos anteriores a la Conquista, aunque algunos ya se han tecnificado. Las comunidades indígenas y afrodescendientes relacionan al metal precioso con su existencia misma.
Llegamos al municipio serenos y alegres, con ansiedad por descubrir también cómo luce nuestro libro (...)”

El día narrado en la crónica es el 24 de junio, fecha en que se presentó el libro Marmato: disputa por el oro y el territorio, y hace parte del diario de campo de la investigación realizada por los integrantes de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia María Rocío Bedoya Bedoya, Diana Patricia Arias Holguín y Hernando León Londoño Berrío, de las politólogas Viviana Andrea Orrego Pérez y Lizeth Alejandra Parra Barbosa, del abogado Gonzalo Galindo Delgado y del estudiante de derecho Jorge Daniel Lucero Bernal.

La profesora María Rocío observa que la idea surgió después de su primera visita a Marmato en 2012. Con los estudiantes se preguntó cómo hacer un trabajo que fuera más allá de la disciplina del derecho. Por eso la investigación —explica— “tiene un componente sociojurídico pero también antropológico, porque las preguntas que nos hicimos están muy pensadas desde la manera de cómo Marmato ha construido sus identidades, sus percepciones del conflicto minero”. Así comenzó la elaboración del proyecto en 2013, financiado por el Comité para el desarrollo de la investigación de la UdeA, Codi.

El objetivo de la investigación —dice el texto— es “comprender e interpretar los procesos sociales, así como las percepciones y representaciones de los habitantes del municipio de Marmato en relación con la minería y conocer las funciones declaradas, latentes y simbólicas de las normas jurídicas del sistema penal colombiano, relativas a las condiciones de explotación de los recursos mineros en el marco de la globalización neoliberal”.

Para lograrlo, se realizó un arduo trabajo de campo basado en entrevistas, pues “este es un pueblo en el que todo pasa por la minería: las construcciones sociales, la identidad, las relaciones, y efectivamente la idea era escuchar a los distintos sectores de la población y no solo a los mineros”, señala Bedoya. Y como resultado surgieron cinco capítulos que abordan la problemática desde diferentes puntos de vista.

El primer capítulo —resume el profesor Hernando Londoño— explora los mecanismos y estrategias que las multinacionales mineras han utilizado para la obtención del control territorial, y la alineación o el contubernio de los Estados en función de sus intereses económicos y geopolíticos; el segundo hace un acercamiento a algunos conceptos; el tercero expone las resistencias, procurando identificar los procesos, sus sentidos y los protagonistas y, de manera particular, hacer un balance del papel que el derecho cumple respecto de aquellas; el cuarto explora los aspectos más importantes que envuelven el concepto de buen vivir; el último propone elementos indispensables para la formulación de una política pública minera con enfoque territorial, los cuales han sido pensados y elaborados a partir del estudio de caso de la minería en Marmato.

Esos lineamentos están dirigidos a respetar la pequeña y mediana minería, a establecer estándares para los concesionarios mineros, a contemplar la compensación por las externalidades económicas y sociales, y a contribuir a que se defina un nuevo marco tributario para la minería, para que las regalías y compensaciones se reflejen en las comunidades y representen un real cambio para que el sector sea de utilidad pública e interés social.

En este sentido, Bedoya resalta las resistencias de Marmato ante la multinacional Gran Colombia Gold “que busca desplazar al municipio y querer apoderarse del cerro El Burro, que es donde está el oro”, sin considerar —señala— que  los pobladores toda la vida han vivido de la minería, por lo que afirman que “Marmato es nuestra vida y de ahí derivamos absolutamente todo, nuestras relaciones, nuestros trabajos, nuestros amores”. Tal situación convierte el territorio en un espacio de disputa.
Y como parte de esa disputa, el pueblo logró que la Corte Constitucional, en la sentencia SU-133 de 2017, reconociera que en Marmato hay un sistema de producción sui generis, que es necesario respetarlo. De esta manera, “no puede llegar ninguna multinacional ni el gobierno pretendiendo disponer de ese territorio sin consultarle no solo a los indígenas, sino a todos los habitantes de ese territorio”, afirma Bedoya.

“Esperamos que los resultados presentados en este libro aporten nuevos conocimientos y sugestivas reflexiones a los estudiosos de la minería a pequeña, mediana y gran escala y a todos aquellos que se han inquietado por estudiar los ejercicios de acción colectiva realizados por comunidades locales que siguen resistiendo a las medidas neoliberales, reivindicando el derecho desde abajo, mediante prácticas sociales que impactan el derecho estatal y transforman la vida cotidiana de la gente”, expresa Londoño.

Artículo publicado en el Periódico Alma Mater 667.

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